Lluevo

Agua… solo eso, agua…, somos agua que se derrama caminando nuestra vida y dejando pantanos de penas, de amarguras y desidias…

Llueve…. Está lloviendo como aquel día en el que mi cuerpo llovió anegando las salidas.

Ese olor a tierra que me golpea las sienes bloqueando mis sentidos y trayendo a mi memoria cuando mis ojos llovieron empapando mi vestido.

Murmullo de aguacero se acerca sigiloso respirando a mi espalda y espera el momento certero de bucear en mi alma. Solo acierto a oír el aire que se cuela en mis entrañas, mi corazón cual tornado se desboca con su saña, agua, quiero ser agua, diluirme entre sus manos que en mi cuerpo dejan la mancha. Agua, quiero congelar mi agua y helar el alma impía que la inocencia me rasga y que el mar me ayude esta noche y que sus ojos con sal se abrasen cuando llegue la mañana.

Todas las tormentas arrastran con fango todo aquello que por delante se para y aquel día cubrió mi cuerpo con sus manos ayudada.

Llueve… hoy aun mi cuerpo llueve…y el barro invisible me cubre y nunca desaparece y miles de ojos me observan mientras mis brazos al aire dejan que el líquido me arrope.

No dicen nada sus ojos, no hablan, solo lloran… y sus bocas están selladas, sus miradas les deshonran.

¡¡¡Que me miráis sin verme!!!, que cojones ahora queréis, ¿no veis como llueve mi           cuerpo, no sentís humedecer el tiempo? ¿no notáis que vuestras lágrimas son mi alma renaciendo?

Por los poros de mi piel brotan gotas del pasado que empañarán lo que quede de mi vida en encierro perturbado.