Mi banco

Entre sol y sombra siempre, escondido de los rayos, resguardado de miradas; he vuelto a mi banco de siempre, el que siempre me escuchaba, al que arrastraba mis penas y sentada en la madera, veía pasar las horas sin abrir la boca siquiera. Mi pequeño refugio de palabras que no duelan, el sitio de mi descanso de miradas traicioneras, el lugar donde las horas pasaban para no volver a casa, donde solo me esperaba la indiferencia desolada.

Aquí estoy como si nunca me hubiera ido, no se cuando dejé de venir ni se cuando he regresado, no se las horas que llevo, inmóvil en mi banco soñado. La oscuridad cubrió mi pelo y fue resbalando por mi cuello buscando entrar en mi y adueñarse de mi cuerpo y cuando no me veía por dentro, el amanecer entró por mis ojos dando un poco de luz a las tinieblas que andan jugando en silencio. Ya perdí la cuenta del ir y venir de mi sueño, ya no se si es de noche o el día embriaga mi miedo. Ya no se si estoy hambrienta o la sed me quema por dentro. Ya ni se si se caminar, ya ni las piernas me siento. Yo solo se que no se volver, que el camino no recuerdo, que mi casa se ha esfumado, que ni a un hogar pertenezco.

-Días y noches en vela, deambulando me he perdido, buscando tus ojos verdes, anhelando el olor de tu piel que tantas veces he sentido. Has escapado de mí como si el demonio fuese, y solo quiero tu bien, solo quiero que te encuentres, que vuelvas a ser la de antes, que vuelvas a mirarme de frente, que te acerques a mí en la noche y en mi pecho te acurruques, que yo te cuido mi niña, que nadie va a hacerte daño, que antes de que te toquen la misma vida les arranco.

-¿Vas a llevarme a casa?

-Antes tienes que volver de donde has escapado, poner en orden tu alma, dejar de llorar el pasado. Dame la mano ahora y de la mano te llevo, no voy a soltarte nunca, estaré siempre a tu lado…

-No te acerques…

-Suelta el cuchillo…

-No me toques que me hieres…

-No me abandones ahora…

-Nunca dices que me quieres…

-Suéltalo ahora te digo

-vuélvete para no verlo…

-No lo hagas que te pierdes…

-Ya es tarde, en casa me quedo, aquí, donde la noche no duerme, donde las penas son menos, aquí, en mi banco termino lo que algún día empezó y un final ya no tiene.

158 comentarios en “Mi banco

  1. Uffff, un banco que destila romanticismo del clásico. Gran relato que merece relectura tras relectura. Por cierto, me acordé de esos típicos bancos de la costa este inglesa, ésos que la gente dedica a sus muertos con epitafios a veces tremendos, llenos de flores y postales cuando llegan los aniversarios. Me gustaba sentarme en alguno e imaginarme que era Richard o George mirando al mar en una tarde de primavera plena de viento racheado…

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  2. Me encanta el mar. Soy maradicto. Y tu relato es precioso, tierno, melancólico… como el mar al atardecer. Aquí te dejo un poco de mar:

    «El azul brillante y nítido del cielo iba perdiendo intensidad de forma gradual y se oscurecía paulatinamente, más cuanto más al este, acercándose sin prisa a esos cinco minutos mágicos en los que se funde en el horizonte con el color del mar, sin quedar claro dónde acaba uno y donde empieza el otro, cuando los espíritus se suspenden en un halo de misteriosa ingravidez y el ánimo queda sobrecogido e impresionado por ese milagro diario del atardecer en el Mediterráneo, amalgama de colores y regalo de la naturaleza tristemente ignorado por lo cotidiano.
    Una vela blanca, lejos, muy lejos, cruzaba rozando la apenas perceptible línea del horizonte despacio, de sur a norte, con destino casi seguro al puerto cercano de Águilas, donde amarraban la mayoría de los barcos de recreo que navegaban por aquella parte de la costa.
    El corazón y la mente de Jorge se inundaban de paz y serenidad. Sabía que era una sensación fugaz que desaparecería con la misma solemne celeridad con la que había llegado. Pero esa sensación era harto confortante y conseguía recargar sus baterías emocionales por algún tiempo. Después se conformaría con el recuerdo. Y más tarde, cuando se encontrara de nuevo en la estresante Madrid, agobiado con el trasiego diario del trabajo y los interminables atascos, incluso el recuerdo del recuerdo llegaría a ser suficiente.»

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  3. Si mi banco hablara,
    aquel que mis sueños me sacara sin decirme nada, solo con su tacto,
    solo como almohada.
    Todos los amores y desamores que yo le contara,
    Mas mi banco era de piedra que en el espigón del puerto estaba,
    las olas del mar a sus pies tocaban y mis lágrimas muchas noches enjugaban.
    ¡Ah! Si mi banco hablara y alguien le escuchara,
    de mis penas se enterara lloraría como yo llore y las olas sus llanto ocultaría.

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    1. No juegan al dime y direte los bancos que nos acogen, no traicionan, nunca mienten.
      Arropan las penas que cargas para que solo no te encuentres y acarician pensamientos para que sean mas leves.
      Ahora se por qué el mar es salado que de tanto acercarse a tu banco, de tus lágrimas se ha empapado

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    1. Mar tatuado en el alma, que nos vas regalando a retazos.
      No me invites muy alto que en dos segundos allí me planto Jahsha, tengo una amiga allí viviendo, a ver si este verano puedo escapar a verla y juro que te llamo
      Y si… De culazo servida de sobra, pero buenorra un rato Jajaha

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      1. Junior

        Jajajajaj yo trato a todas las personas igual, me da igual que seas mujer o hombre. Cuando quiera decirte alguna cosa te lo dire. Pero si me muero, porque me dejes un laito en tu cama jajajaj . Jope casi me pegas jajaja

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      2. Junior

        Besos a traición son los mejores, a mi me encantan. Y mas si te lo dan con mucho cariño 🙂 Pero seguro que tu corazón también le gusta jajajajaj, lo que pasa que tu mente dice otra cosa jaja.

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      1. Ten la seguridad que me tocó muy dentro del corazón.
        Yo padezco de inseguridad también, aunque lo esté viendo, a veces no puedo estar segura y acabo de recibir un gran «golpe» a mi seguridad, pero es mejor tener confianza, si no es mucho padecer.

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  4. Estoy viviendo en la ciudad donde nací y crecí, después de vivir años en Barcelona. y otros tantos en la ciudad de mis padres también (aquí en mi país). Ni te cuento cómo me has llevado a «mi banco», a «mis esquinas olvidadas» y a tantos sitios donde ahora descanso recordando y haciendo el pasado presente.
    Eres malvada… no hay caso. Lo logras y me enfurezco de alegría, jajaja. (te dije que te leería hoy mismo; ya no sé cómo recuperaré la adicción… pffff).
    ”-Antes tienes que volver de donde has escapado, poner en orden tu alma, dejar de llorar el pasado.” ESTO no se hace, me lees??? ;-). Malvadísima!
    Más abrazos infinitos, a tu alma, guapis

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    1. Ay mi niña, anoche iba a decirte que siguieras paseando, pero preferí que vinieras sola a mi, inocente… jajaja, sabía que iba a gustarte, ya nos vamos conociendo.
      Volver al sitio de uno, siempre lleva consigo que te inunden los recuerdos, que vivas un poco de olores, de sabores, que cada paso que des, pienses que ya lo has dado… Me alegra que te haya transportado… te quiere tu amiga desde Madrid…

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