Tu ojo en mi mano

Perfilando contornos, a la antigua usanza, tirando de sensaciones, sin necesidad de lápiz y papel, me dibujas en tu mente. Formateas a tu modo las curvas de mi cara, adivinas volúmenes, marcas mis puntos fuertes y cuando tienes listo el boceto, desnudas mi cuerpo, para poder seguir descubriendo.

Hurgas en mis entrañas releyendo los espacios en blanco. Donde puse un punto, tú añades la coma, si exclamé a voz en grito, tú terminas interrogando. Cuando aplico la cursiva, tú la negrita resaltas, y si quiero terminar, tú regresas al principio para que mi alma no quede callada.

Por los cojones, que no tengo, pero siento entre mis bragas, me tienes cogida, que no siempre follada.

Me lees, me invades, me tienes. Has señalado con cruces las partes donde más duele. Presa me siento, recluida en el intento de esconder mis secretos.

Yo cada vez más abierta, tú bebiendo mis anhelos. Descompensadas en la reciprocidad me concediste un deseo. Te quitaste la ropa y me dijiste, elije que quieres de mí, solo una, piénsalo bien, no te precipites.

El desconcierto invade el pensamiento y la excitación anula la razón. Antes de abrir la boca, tú lengua acaricia mis labios humedeciendo mi sexo. Deja de leerme mientras pienso joder, que pierdo la concentración. No, tu lengua no, pues nadie volverá a sentir tus besos. Desechado tu coño, pues robarle a alguien sus orgasmos es la ablación del siglo XXI.

Sin haberlo siquiera pensado, una de tus manos endurece mis pezones apenas sin rozarlos. Dos, tienes dos, con una seguirás acariciando, escribiendo, señalando. Con la otra, yo dormiré cada noche en mí cama y ocupará la soledad que entre las sábanas se esconde.

Mierda, no, deja ya de ponerme trampas. No cruces en mi camino, lo que la debilidad me puede. Deja de leerme joder, antes de plasmar con palabras que mi fortaleza se diluye cuando el sexo se antepone. Fuera mano, pues jugando con doble filo puedo terminar sangrando.

No a los pies, pues quiero sentirte andando y soñar que en el camino, algún día nos encontramos. Descartado tu pelo , aun sintiendo los enredos en mis manos. Adiós a tu culo, a tu ombligo, a tu pecho. Con tus lágrimas no puedo, tu sonrisa es un consuelo. El corazón, egoísmo en estado puro por mi parte, me quedaría sin pensarlo, mas libre le prefiero, pues un corazón sin alma, no puede seguir latiendo.

Que putada pesha mía, descojonada de risa te siento, de haberme puesto en un brete.

Aprender de mis errores, para que cuando vuelva a hostiarme, el dolor sea mas leve. Quiero leerte, verte entre los espacios. Te pillé, te tengo, volver al principio siempre, eso me enseñaste, empezar hasta encontrarme. Regresar al punto de partida, hallar la clave.

En mi mano reposa el deseo que con mayúsculas en la primera sílaba me ofreciste. Volved todos al principio y sabréis con que me quedo, para poder ver más allá de lo que sus palabras dicen.