El tiempo, tan presente siempre en mis relatos; relativo según el prisma con que se mire. Digamos que pasó un año a toda prisa o 365 días ralentizados. Hoy con la perspectiva de mi lado, miro dentro de otros, que siguen allí encerrados.
Desorden en mi mente, en el que colores, tamaños y formas, se juntan formando una mole. Montaña de sensaciones que me llevan al negro y en la oscuridad en que me encuentro, acaricio la hojarasca que en mi mundo me tiene preso.