Por la boca muero

“A que no vienes, a que por la boca muere el pez y toda la fuerza que tienes”.
Dieciocho palabras bastan, el anzuelo me ha tirado, en dieciocho golpes de aire me ha dejado sin rebate, me he quedado sin resuello, y sin pararme a pensarlo en el sedal me he enredado.
Las siete, solo se que barba tiene y un jersey de color verde, voy a ver si me entretengo entre tanto colorido de vestidos y chaquetas que Zara siempre me ofrece. El arcoíris me embarga y no consigo ver nada, se entremezclan faldas y medias, de las manos se me caen las perchas, las siete, y mi boca de esparto parece, y el corazón se acelera cuando el segundero crece.
Siento una mano en mi espalda anunciando que son las siete, mi aliento en la boca parado, mi cuerpo no puede moverse. Quiero correr mas no puedo y los golpes de mi pecho bombean con tal virulencia, que me nublan la razón, que me embargan los sentidos, que bloquean mis palabras, mis manos y mis delirios.

“Tienes…..”
sssssshhhhhhhh……con una blusa en la mano, me alejo para girarme mas lejos y poder disfrutarle entero.
A que no vienes……., sigo andando, que le pasa al desgraciado, que como estatua en mitad de la tienda se ha quedado. Que hago… espero a la puerta del probador deseado… a lo lejos nos miramos y tensamos el fino hilo que nos tiene subyugados.
-¿Cuántas prendas?, una solo me basta… con una vendrá a mi lado…
Pasillo interminable de puertas a los lados y no atino a elegir el escondite anhelado, la última será perfecta y tras de mi cierro los ojos y el pestillo dejo entornado. Su aliento anuncia presencia y siento la puerta cerrando.
“Solo….”
Ssssssshhhhhh….. eres tu quién vas a morir por mi boca y en mis brazos…. Contra el espejo me tiene, a milímetros los labios, esperando algún movimiento, muriendo yo por besarlo. Mis manos tiene selladas contra el frío reflejado y su cuerpo contra el mío, se desliza acariciando. Su lengua invade mi boca con un furor desbocado y contra mi cuerpo su cuerpo, arremete golpeando. Nuestras manos siguen ancladas y solo nos valemos de nuestros labios sedientos y de cuerpos desgarrados. Contra el espejo me gira y por mi cuerpo sus manos desliza raudo buscando encontrar su resguardo. Mi falda por la cintura, y el encaje que me cubría, se deshace entre sus labios. Ha encontrado el camino del gemido que me aguanto, retengo mis alaridos, ahogándolos en mis manos. Su mano sella mi boca e invade entre envestidas mis aullidos en sus brazos.
“No vas a decirme tu nombre……”
ssssssshhhhhhh…… Sin recuperar el aliento y con la blusa del pecado en la mano, regreso al centro de ataque, sin saber por donde ando, trastocada , con el cerebro empañado y el cuerpo entumecido del derroche derramado. Un escalofrío me recorre por completo, al sentir unos nuevos dedos reclamando mis deseos…

“Son más de las siete…. Ya pensé que en el camino se habían soltado las redes…..